
Fiorella Dayamira Quispe Mayhua
22 años, desde Arequipa
Cuando cumplimos la mayoría de edad, tenemos la potestad de tomar decisiones para el bienestar de nuestra nación, con ciudadanía cabal y en democracia. Tales decisiones deberían responder a una mirada de país que identifique los diferentes desafíos que tiene delante y frente a los cuales se proponga soluciones de manera organizada. Por ello, el acto de elegir debe impulsar en forma previa la indagación seria sobre nuestros futuros representantes, así como su plan de trabajo y antecedentes. Si queremos lo mejor, nuestro voto debe reflejarlo. Lamentablemente en la actualidad, hay personajes en la política que hacen daño a nuestro Perú.
Empecemos por nosotros, constituyéndonos en ciudadanos íntegros, así podremos identificar cuál de los candidatos sostiene integridad. De ahí la importancia de querernos y valorarnos a nosotros mismos, porque haciéndolo, podremos respetar y valorar a los demás. Al indagar sobre los antecedentes de los postulantes, sabremos si es buena idea darles nuestro voto de confianza. Como ciudadanos, debemos discernir sobre lo que difunden los medios de comunicación masivos. Sin duda, un ciudadano con la información correcta, tomará una mejor decisión.
Finalmente, como buenos ciudadanos, debemos difundir información certera en nuestro entorno, para que más connacionales opten por mejores decisiones. Esa es la llave hacia nuestro futuro; pensado desde el individuo, se vota porque expresamos intereses y preferencias personales, y pensado desde toda la comunidad política, se vota porque queremos un mejor país para todos.
AMA QUELLA, AMA SUA, AMA LLULLA: no seas flojo, no robes, no mientas. ¡Seamos mejores ciudadanos!
Lionel Villanca García
29 años, desde Lima
Siendo estrictos para quienes estamos entre los 18 y 29 años, podemos decir que nos ha tocado vivir nuestra primera crisis. Si miramos hacia atrás y nos remontamos a los primeros años de la república, ingrato será encontrar a un país que nace entre violencia, pugnas por el poder y siendo legítimo heredero de mentalidades coloniales.
En la actualidad, conservamos tales características de antaño, puesto que se mantienen en diversas formas y modos, siguen latentes y forman parte de la idiosincrasia peruana. En otras palabras, están normalizadas. La violencia, el poder y las mentalidades coloniales están tan arraigadas en nuestra cultura, que nuestros gobernantes son la máxima expresión de aquéllas, las cuales han generado las más terribles crisis a lo largo de la historia republicana del Perú.
Si bien a los más jóvenes nos toca vivir la debacle actual, recordemos que nuestro país ha vivido muchas más. Por lo tanto, es un llamado a repensar, a rebelar nuestras mentes y a hacer frente a aquellos políticos que camuflan sus ansias de poder y representan lo mismo de siempre.
Votemos el 11 de abril totalmente conscientes de que queremos un país diferente, un país que respete las diferencias, un país que respete la vida, un país que respete los cuerpos, un país que no excluya por ninguna razón, un país que no te prive de la libertad de elegir y decidir. En suma, un país que respete y vele por los derechos de todos y todas.