
Por: Daniella Huamaní Gutiérrez
¿Cómo decirle a un niño pequeño que no tenga contacto físico con quienes le rodean? Ciertamente, el distanciamiento físico que supone todo protocolo de bioseguridad e higiene, desdibuja el potente rol que juega el contacto en edades tempranas. Los niños y niñas menores de 5 años aprenden desde el juego con otros, por tanto, imposible estar sin-contacto. Durante los primeros años de vida, los niños necesitan una buena nutrición, protección y estimulación para que su cerebro desarrolle pleno potencial.
Este año, YMCA sostiene con beneplácito la atención a 96 infantes menores de 3 años en Independencia (Lima) y Socabaya (Arequipa). El proyecto EMPEZANDO FUERTES Y FELICES, con la colaboración de Acción Signos de Esperanza (Alemania), tiene como propósito brindar acceso equitativo a educación y cuidado a la primera infancia, en espacios sanos y seguros que garanticen un comienzo saludable y feliz.
Las actividades de estimulación temprana tienen consecuencias significativas en el desarrollo cognitivo y emocional de los más pequeños. Con este proyecto, YMCA busca que los padres, madres y tutores interactúen con sus niños en forma frecuente. La respuesta de los niños y niñas incentiva conexiones neuronales que colocan bases sólidas a su futuro. Por ello, ya desde el año pasado se ha puesto énfasis en el desarrollo de capacidades del mundo adulto ligado a los infantes, de modo que puedan guiar a sus hijos e hijas, habiendo aprovechado los recursos que el contexto les brinda. En esta etapa, el aprendizaje basado en el juego es esencial para forjar las habilidades que los niños necesitarán más tarde en la vida.
Asimismo, el proyecto alentará que los vínculos afectivos se fortalezcan entre padres e hijos, con actividades tempranas significativas. Los estímulos en un entorno de armonía favorecen más y mejores oportunidades. Empezando fuertes y felices es un proyecto pensado y realizado con mucho amor.