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Emprendimiento juvenil, un camino potente

  Escribe: Daniel Quispe Mayhua

Los jóvenes no somos ajenos a la crisis que hoy afronta el Perú. Hemos pasado por muchas dificultades durante la pandemia. Muchos jóvenes teníamos proyecciones para el futuro y metas por alcanzar, donde no todos han logrado adaptarse a la nueva situación. El impacto económico ha sido muy duro para las familias, lo cual obligó a los jóvenes a buscar fuentes de ingreso para el hogar, dejando de lado sus prioridades personales. Además, la adaptación al entorno digital ha sido forzosa.

 

Hay dos formas de ver la crisis. La primera, como dificultad para progresar y la segunda, como oportunidad. Como los jóvenes no están quietos, han salido a emprender. Algunos jóvenes han salido victoriosos del intento, otros han caído en derrota, pero lo más importante ha sido la acumulación de experiencias. Aprendiendo de ellas, se trazará mejor la ruta en la siguiente oportunidad. Lo que nos mantendrá en pie serán nuestras metas y sueños.

 

YMCA es sin duda una valiente ayuda para los jóvenes que desean emprender, porque a través de sus proyectos y programas contribuye a que desarrollen capacidades y habilidades. Algunos de los factores clave para sostener un emprendimiento con éxito son la inteligencia emocional, a fin de dialogar con las dificultades que aparezcan; el desarrollo personal con habilidades socioemocionales, para ir firmes y cargados de capacidades y valores en nuestro camino; y la perseverancia, con la vista determinada a conseguir lo que se ha planeado.

 

Los jóvenes tienen que ser perspicaces y constantes, enfocados en sus metas y conectados con lo que la tecnología ofrece hoy. Por supuesto, deben estar en constante educación empresarial, porque “los problemas financieros no se resuelven con dinero, sino con educación financiera”. Un joven decidido y soñador hará que el camino que elija sea exitoso.

 

Veamos en cada crisis, una ventaja para la toma de decisiones. Busquemos oportunidades y seamos un camino útil para otras personas. Yo camino convencido de que “Dios da las peores batallas a sus mejores guerreros”.