
Por: Patricia Vargas Bastante
A cien días de la disposición gubernamental de permanecer en casa, como medida de emergencia sanitaria ante el nuevo coronavirus, tan conocido y temido, podemos señalar aspectos positivos y aprendizajes, los cuales dependen, claro está, de cada persona y sus circunstancias. Vale la pena darle una mirada a estos aspectos.
Este tiempo ha dado curso a la resiliencia, como capacidad para afrontar la adversidad, la cual ha permitido diseñar nuevas metas, cumplir con compromisos postergados en el hogar, priorizar hábitos (sabiendo que bastan 21 días para adquirirlos o perderlos), compartir espacios a través de juegos que refuercen la interacción familiar, entre otros.
En este sentido, ha sido posible hacer variaciones y/o adaptar medidas de higiene física y mental relevantes en la vida de toda persona, en dos dimensiones fundamentales:
> La comunicación interna, que refiere el valor y cuidado que doy a cada espacio de mi vida, si priorizo con amor mi bienestar físico, mental y espiritual; si me estimo y respeto sabré qué me conviene y gestionaré mejor mis emociones, reforzándolos con pensamientos positivos. Buscaré el equilibrio, aprenderé a relajarme a través de la respiración profunda y practicaré la meditación.
Si tienes que trabajar, mantendrás horarios y rutinas que incluyan tiempo para ejercitarse y distraerse. Muy importante es también tomar buenas decisiones en relación a los alimentos. Es una cadena de comportamientos que nacen de uno mismo, por lo tanto, es preciso estar presente aquí y ahora, así como revisar lo que se hace con y por uno mismo.
> La comunicación con los demás, que se desprende de la primera y se basa en una sana interacción a través del diálogo, la cual nos permite comprender las necesidades del otro de manera amable, recíproca y fluida.
A continuación presentamos algunos testimonios de adultos mayores cuya experiencia de vida nos relata cómo están abordando el cuidado de su higiene física y mental.
Julia Barrientos Ojeda (Participante del Programa Adulto Mayor)
Mi nombre es Julia Barrientos Ojeda, tengo 73 años y llevo casada 55 años con José Sandoval Rivas Plata. Cuando mis hijos terminaron sus profesiones y salieron a hacer sus vidas, en mi tiempo libre leía, hacía crucigramas pero me tomaba mucho tiempo. Entonces ingresé al programa de adulto mayor de YMCA. Doy gracias a Dios porque me siento realizada. Ahora, hago mis oraciones al despertar, agradeciendo a nuestro Padre celestial por regalarme un día más de vida, por tener salud y bienestar, por continuar en actividades con mis amigos de YMCA vía WhatsApp.
¡Ya olvidé cumplir años, estoy cumpliendo mis sueños!
José Ascoy (Participante del Programa Adulto Mayor)
Soy José Ascoy y les comento que durante esta pandemia me encuentro en mi departamento. Esto no significa un sacrificio para mí pues es donde paso la mayor parte de mi tiempo, aunque en esta oportunidad es de manera obligatoria. El cambio en mi vida se produjo hace varios años atrás cuando inicié actividades en YMCA por disposición médica. Al principio de la pandemia me desorganicé en mis alimentos y en la actividad física. Básicamente me comunicaba con mis familiares, leía diarios, veía películas y series, escuchaba música y llenaba crucigramas o sudokus.
Actualmente estoy feliz, retomando mis actividades de gimnasia, yoga y baile a través de clases por WhatsApp. Anhelo volver a mis actividades en YMCA.
Mario Durand Núñez (Participante del Programa Adulto Mayor)
¡Hola! Soy Mario Durand Núñez, delegado del segundo turno de los días martes, jueves y sábados, razón por la cual mantengo comunicación con mis compañeros de YMCA. Durante esta cuarentena realizo clases virtuales de gimnasia terapéutica, uso la bicicleta estacionaria y también aprovecho el programa para el adulto mayor.
Mi esposa y yo velamos por los quehaceres del hogar, revisamos las reflexiones de YMCA y las reenvío a mi grupo. Algunas tardes desarrollo crucigramas o lectura de alguna obra. Diariamente rezamos el rosario, leo el evangelio del día y los domingos participo de la misa.
Luzmila Alvarado Tarazona (Participante del Programa Adulto Mayor)
Me llamo Luzmila Alvarado Tarazona. En la parte física procuro tener buena y sana alimentación basada en frutas, verduras, legumbres, menestras, carnes blancas pollo, pescado. Eso sí, poca sal y azúcar. Bebo bastante agua. Desarrollo gimnasia terapéutica y hago caminatas de media hora diaria.
Para mi bienestar mental hago actividades cognitivas relativas a mi edad: sudoku, sopa de letras, damas y solitario. También dispongo de lecturas de autoayuda. Aprendo nuevos temas tecnológicos que me ayuden en la vida diaria.
Para mi vida espiritual, priorizo principios y valores que me orienten a mejorar la convivencia familiar, amical y social. Busco paz, armonía, equilibrio y tranquilidad, así como ayudar a quienes requieran una mano amiga de servicio, escucha, consuelo y orientación.