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Jóvenes de IDC concursaron por capital semilla

Por: Rocío Solís Vargas

La economía de los peruanos ha sido duramente golpeada en el marco de la crisis sanitaria por el nuevo coronavirus. Nuestro país había dado señales claras de contrarrestar a la pobreza y la marginalidad, sin embargo, aún daba batalla a los problemas estructurales de fomento al empleo y las oportunidades de labrarse un mejor porvenir.

 

Las juventudes que participan en el programa Club de Emprendedores y en los proyectos Entrelazando Caminos y Oportunidades TRANScendentes (2da edición), han afrontado duros momentos. Por la pandemia, muchos dejaron de estudiar, perdieron sus trabajos o no pudieron salir a buscar el sustento… Otros, se vieron desafiados por la convivencia 24/7 con sus familiares más cercanos.

 

Gracias a las útiles alianzas con YMCA of the USA, Wells Fargo e YMCA of Greater Toronto, Canadá; se dio oportunidad a 54 jóvenes de Lima, Arequipa y Trujillo, de forjar habilidades productivas en técnicas de sublimado básico y avanzado, peinados y trenzas, panadería especializada, bolsas ecológicas y tejido a máquina artesanal. Además, participaron de un interesante conversatorio sobre diversidad e inclusión, a cargo de la activista Miluska Luzquiños Tafur. Asimismo, los jóvenes aprendieron a modelar un negocio y a utilizar el lienzo Canvas.

 

Los jóvenes pasaron horas de desvelo para elevar propuestas sólidas al concurso de modelos de negocio. El corolario es sin duda prometedor. El jurado, conformado por los asociados básicos Betsabé Veliz Merino y Danny Pizarro Díaz, así como el trabajador César Bravo Pizarro, consideró como criterios de análisis, la viabilidad, la sostenibilidad y la innovación, además de la consideración de datos de proceso y vínculo con el proyecto.

 

El corolario es prometedor, puesto que 11 jóvenes cisgénero, titulares de 8 emprendimientos a nivel nacional y 4 personas trans, ganaron premios de capital semilla no reembolsable para implementar sus iniciativas. Con ello, podrán forjar sus sueños personales, sostener estudios a futuro y por supuesto, cimentar su independencia económica y autodeterminación.

 

Agradecer queda corto para expresar la profundidad de los sentimientos de los jóvenes. Hoy más que nunca, sentirse acompañados en sus anhelos, les devuelve fe y esperanza.