
Por: Cinthia Saavedra Castillo
En el Perú, 1.3 millones de jóvenes entre 18 y 24 años se encuentran en el grupo de NINIS, que ni estudian ni trabajan, donde 70% son mujeres. Un NINI del sector urbano y popular es un joven que apenas concluyó la educación básica (en el mejor de los casos); si es varón, vincula su derrotero a espacios como las pandillas y si son mujeres, se constituyen en madres a temprana edad. ¿Cómo debe el país dar una respuesta certera de modo que todo joven tenga oportunidades para hacer real su proyecto de vida?
En entornos de pobreza y vulnerabilidad, visualizar el futuro a partir de las capacidades personales es un ejercicio que cada vez menos logran los jóvenes hacer. Sus padres, si acaso están presentes, están demasiado ocupados en sobrevivir. Las escuelas públicas no fortalecen procesos de aprendizaje significativo, tras lo cual, los jóvenes toleran poco la frustración. No extraña entonces, que al concluir la secundaria, si acaso, un joven se conforme con un trabajo informal o se resigne a vivir sin aspiraciones.
En la medida en que el Estado se ocupe de gestar política pública basada en la realidad de las juventudes, entenderá que el sistema educativo debe viabilizar opciones y oportunidades reales para que los jóvenes llenen sus vidas con propósito(s). Las juventudes peruanas tienen derecho a acceder a opciones, a creer que hay más caminos posibles luego de culminar quinto de secundaria. En la experiencia de YMCA con poblaciones vulnerables, muchos son los jóvenes que hoy cursan la educación básica peleando con ella, creyendo que es una etapa de sufrimiento.
Otro aspecto crucial es el estímulo para acceder al primer empleo. Tras que los jóvenes cargan con el estigma de “no saber nada porque son aprendices”, debe reconocerse que los procesos de aprendizaje brindan lecciones que encaminan la adquisición de competencia. Ello quitaría el miedo al error pero también construiría el valor de la responsabilidad compartida. Una mirada de este calibre, requiere inversión. Si el capital social de este país importa, será entonces aquélla, una tarea impostergable.
«1.3 millones de jóvenes peruanos entre 18 y 24 años se encuentran en el grupo de NINIS, según el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial».