
Por: Miguel Enrique Pacora Luna – Director General Nacional YMCA Perú
El 16 de febrero pasado será recordado como un día muy especial en la historia de YMCA Perú, dado que la Asamblea General de Asociados, reunidos en sesión extraordinaria, aprobó por mayoría el nuevo Estatuto que regirá la marcha institucional en los próximos tiempos (a partir del 18 de febrero).
Este momento es resultado de un proceso que recoge la vida institucional, desarrollada en el marco del Estatuto de 1994 (y sus modificaciones), que coloca a YMCA de cara a los requerimientos de una organización que se robustece y que requiere contar con un marco muy definido, que también permita una actuación flexible y con nuevas opciones.
El proceso de revisión empezó en el marco del plan estratégico 2013-2015, liderado por nuestro recordado Raúl Salas Delgado, entonces Secretario General, luego de la decisión del Consejo Directivo de constituir una comisión especial. Distintos voluntarios con trayectoria dirigencial fueron convocados, como ex presidentes del Consejo Directivo; se contó con la participación de los directores ejecutivos y, a través de ellos, del staff profesional; así como voluntarios de distintas áreas dejaron recomendaciones en las distintas sesiones de trabajo, reuniones informativas y asambleas.
YMCA llegó a la primera aprobación del Estatuto en asamblea celebrada en enero de 2019, con la indicación de entrada en vigencia luego de la aprobación de sus reglamentos y la inscripción registral. Luego se tomó la decisión de fortalecer la asesoría legal y se recurrió a quienes acompañaron a YMCA en la elaboración del Estatuto de 1994. El último y reciente tramo, se llevó adelante con el estudio Echecopar y bajo la conducción del Dr. Javier De Belaunde, acompañado de la Dra. Mariana Ostalaza y el Dr. Juan Francisco Del Campo. Esta asesoría recomendó revisiones que permitieron alcanzar mayor precisión y una mejor articulación.
El Estatuto ha introducido cambios en la denominación de autoridades y órganos buscando la homologación con organizaciones similares. Especifica los fines institucionales en una más clara organización y distingue a los miembros de YMCA en asociados básicos (incluidos vitalicios), suscriptores, voluntarios y honorarios. Fusiona la Junta de Fideicomisarios y la Comisión Revisora de Cuentas en la Junta Fiscalizadora y Patrimonial. Establece la modalidad para sesionar virtualmente y presenta con claridad procesos disciplinarios bajo doble instancia.
Este Estatuto, como proceso y resultado, es un legado que voluntarios y trabajadores dejan a las próximas generaciones en el primer centenario de su presencia en el país. Ha sido posible gracias a la voluntad política sostenida por distintos Consejos Directivos y sus presidentes, Dante Villalobos Ojeda, Alejandro Zambrano Burga, Lucía Quintanilla Uribe y Daniel Vives Rivero, así como la participación comprometida de los asociados que han dedicado tiempo abundante al análisis y proyección. Ha sido un proceso largo que en cada etapa ha dejado palpitar corazones guayanos y el compromiso con la misión YMCA. El debate y la discrepancia estuvieron presentes, sin embargo, en todo momento se salvaguardó la unidad, cimiento de la organización.
Afrontamos ahora el desafío de su implementación. Algunas medidas serán inmediatas, otras tomarán un tiempo, considerando particularmene el contexto de pandemia, pero estamos seguros que el camino trazado llevará a YMCA a buen puerto, en el servicio a la sociedad y especialmente a las juventudes peruanas.