
¿Qué significa ser dirigente en YMCA?
Por: Malena Rioja
Compartir unas palabras respecto a mi experiencia como dirigente en YMCA es un orgullo. Ocupar un cargo dentro de algún órgano es de mucha satisfacción, en tanto nos da oportunidad de aportar a la misión de nuestra asociación.
En el año 2008, me invitaron a postular por primera vez a la Junta Calificadora de Asociados, espacio en el que he servido varias veces. En aquella oportunidad, la Junta propuso al Consejo Directivo se institucionalice la “Cena de la Base de París”, como actividad emblemática en el marco del aniversario de YMCA (cada mayo), a fin de estrechar lazos de amistad y confraternidad. En el periodo 2014-2015, ocupé el cargo de presidenta de la Junta Calificadora. Celebrábamos el 95° aniversario de existencia en el Perú. La “Cena” fue engalanada con personalidades y se gestionó un lindo recordatorio para cada asociado.
Asimismo, la Junta, fiel a su mandato, se hizo cargo de la depuración y actualización de padrones y se cursó notarialmente cartas a los asociados básicos para que se pronunciaran sobre su permanencia y/o renuncia al movimiento.
Como todo dirigente en YMCA es un cristiano comprometido con la misión institucional, que se entrega al crecimiento del movimiento y al mayor impacto positivo en las comunidades a las que se sirve a nivel nacional, e incluso internacional; entonces en cada convocatoria a nuevos postulantes a la condición de asociados básicos, nos ocupamos de recomendar el ingreso de voluntarios responsables y cristianos comprometidos.
Para finalizar, tengo la alegría y satisfacción que, durante mi tiempo de servicio en la Junta Calificadora de Asociados, me desempeñé como una voluntaria comprometida. Por supuesto, mi actuación fue facilitada tanto por los asociados básicos que compartieron conmigo las funciones de la Junta, como por los profesionales que brindaron las mejores condiciones para realizar nuestro aporte como dirigentes.
Es oportuno entonces invocar a todos quienes son asociados básicos, a participar activamente de la vida institucional, sea a través de comisiones, comités y por supuesto, postulando cada dos años a ser parte de los órganos que conducen la vida institucional.