
Por: Rosa Esther Llerena Bazán – Secretaria del Consejo Directivo YMCA Perú
Abordar el rol de la mujer en la conducción de YMCA, implica mirar hacia el interior de la institución, de la familia, la cultura y la sociedad en general. En nuestro país, las mujeres se han alejado de esquemas tradicionales de funcionamiento, tanto en el ámbito familiar como laboral.
Las mujeres han avanzado en el terreno educativo, sin embargo, con la transición, existen costos. Para un gran segmento de mujeres, la familia es la primera en resentir su ausencia. Si bien quedan aspectos por avanzar hacia un trato justo, existe en YMCA un capital humano valioso. El desafío está en crear modos inteligentes que favorezcan la equidad, abriendo los espacios, flexibilizando entornos y sobre todo, respetándolas.
En la actualidad, las mujeres son capaces de ejercer cargos de gran importancia y trascendencia en el campo laboral, político, económico, social y cultural. En el Perú ha aumentado la participación femenina en la fuerza laboral, aunque persisten amplias brechas entre hombres y mujeres. Ellas han abierto caminos para un mayor protagonismo dentro de las organizaciones donde prestan servicios. Sin embargo, este nivel de formación ha sido insuficiente para acceder al escenario de la Alta Dirección, lo que hace presumir que aun falta impulso para lograr una incorporación real, estable y equitativa. Para las mujeres que han accedido a estas esferas, el camino no ha estado exento de costos y consecuencias, tales como fricciones de índole cultural o bien la postergación de otros ámbitos importantes. Las mujeres que no relegaron la maternidad, salvo excepciones, luchan por compatibilizar los roles familiares y profesionales.
Además, injustamente se presume que las mujeres no tienen la misma capacidad, ni la experiencia suficiente para conducirse en esferas de alto nivel. Hoy, muchas mujeres suman puntos en su capital humano tales como haber estudiado fuera de nuestro país o manejar idiomas. Las mujeres líderes poseen un estilo propio respecto a sus atributos, como autoconfianza, seguridad, alto nivel de perseverancia y gran sentido de responsabilidad y de compromiso.
Nuestras mujeres en YMCA, voluntarias y trabajadoras, se definen a sí mismas como portadoras de un estilo abierto y participativo, manifiesto en la capacidad para establecer relaciones y la aptitud para trabajar en equipo. Sin embargo, falta mucho por hacer a favor de las mujeres en nuestro país y por ende en YMCA, donde son contados los casos de mujeres que han logrado llegar a un nivel directivo, tanto en la estructura voluntaria como profesional.
En marzo, que se conmemora el día internacional de la mujer, YMCA Perú rinde homenaje a todas las mujeres que conforman la gran familia YMCA. Que con su actuación, la Misión de YMCA logre su propósito. ¡Gracias por tanto!