
Tiempo para inspirarnos y dar gracias
Escribe: Edda Karen Céspedes Babilón
Cuando se instaló el Consejo Directivo Nacional se visualizaba un inicio prometedor con una ruta de trabajo potente. En los primeros meses del año 2020 buscábamos llegar tan alto como pudiéramos, enfocados en cada letra, palabra y frase del plan.
Sin embargo, la pandemia obligó al Estado peruano a decretar confinamiento. Esta medida significó cerrar colegios, programas de deporte, bailes, y todo lo que implicaba un soporte económico para nuestra institución. Dejamos la interacción social, amical, profesional y presencial como el voluntariado, eje de nuestro diario quehacer.
El uso de la tecnología fue indispensable. Para ello, YMCA inició una ruta de progresiva incorporación de plataformas tecnológicas a fin de dar continuidad a nuestra labor. El trabajo remoto significó un gran reto laboral, porque trajo consigo requerimientos en capacitación, equipamiento tecnológico y talento humano.
Nos pareció haber asumido lo peor en el año 2020 y, sin embargo, tuvimos que sacar lo mejor de nosotros para superarlo. Juramos no cerrar YMCA y mantenerla a flote a partir de su recurso humano, realizando cambios laborales e institucionales, así como ponernos en la línea de la tecnología, la regulación y la prevención frente a las vulnerabilidades del ciberespacio.
Asimismo, se potenció la espiritualidad para cumplir nuestra Misión a favor del Reino de Dios. Nuestra identidad cristiana nos lleva a enfocarnos en la unión, la labor conjunta, el trabajo en equipo, la tolerancia y la amistad.
Saldremos adelante frente a esta prueba de fuego. Afrontaremos las circunstancias estoicamente, con espíritu limpio y una mente llena de amor hacia nuestro prójimo, comprendiendo que cada camino es diferente y que cada uno debe trabajar interiormente para crecer como personas y en equipo.
Recordemos que el reino de Dios está en nosotros y, por lo tanto, tenemos el poder de mejorar y cambiar este mundo. Damos gracias cada día por la vida, por los retos, por la fuerza, por todo lo que el Universo nos ha dado y principalmente, porque tenemos la oportunidad de dejar una semilla en este mundo cuando crucemos la Luz Divina.