
Por: María del Carmen Meza
La salud es de importancia vital para todos los seres humanos. Una persona sana y saludable tiene una mejor calidad de vida y puede disfrutar de una vida plena, es capaz de realizar sus actividades de manera eficiente y con una visión de futuro diferente. Por lo tanto, siendo el derecho a la salud crucial, conmociona ver cómo la pandemia que afrontamos ha remecido todos los cimientos de nuestro Estado.
Toda persona debe disfrutar de las ventajas de una buena salud, sea cual sea su edad, sexo, género, origen étnico, religión, discapacidad, orientación sexual o status económico. Acceder a los más altos niveles de salud y asistencia sanitaria, no debe ser privilegio de algunos. ¡Es imprescindible universalizar la cobertura sanitaria!
Tenemos derecho a acceder a servicios de salud apropiados, que cuenten con instalaciones sanitarias adecuadas, instrumental y equipamiento idóneos, medicamentos y personal capacitado, pero sobre todo, servicios de salud donde se brinde atención oportuna, de calidad y que respete todos los principios de ética.
Gozar de una buena salud, no solo depende de las decisiones y políticas que los Estados implementen, es también una responsabilidad ciudadana, en tanto corresponde a cada compatriota, conocer sus derechos y exigir a las autoridades garantizarlos; así como procurar autocuidado (con estilos de vida saludables) y protección del entorno. Cuanto más conscientes somos del impacto de nuestras decisiones personales actuales, tanto más responsables somos al tomar las decisiones futuras.
Lograr una vida sana es por lo tanto, un compromiso que permitirá no solo nuestro bienestar integral sino también la construcción de una sociedad próspera. En especial, por lo que atañe a tantos compatriotas que no tienen ni los recursos para procurarse autocuidado como tampoco acceso a alguno de los sistemas de salud que coexisten en el país.
De ahí la importancia del trabajo de organizaciones como YMCA Perú, la cual concientiza sobre la importancia de la buena salud y promueve los derechos humanos, en especial el derecho a la salud en las poblaciones más vulnerables, donde persiste lamentablemente, enormes brechas en el logro de indicadores de salud básicos.